Derogación de la LOMCE para posibilitar la gestión democrática de los centros educativos. No al modelo de gestión empresarial y competitiva. Recuperación y potenciación de las funciones de claustros y consejos escolares.


Retirada del Decreto de Dirección. Elección democrática por parte del Consejo Escolar de todos los cargos directivos, incluidos los de los centros integrados. No a la imposición del director o directora por la Administración. No a las comisiones de selección. Limitación en los mandatos seguidos (2 legislaturas o periodos consecutivos, 8 años).


Potenciación del trabajo en equipo del profesorado.


Corresponsabilidad entre hombres y mujeres en las tareas de Administración, coordinación y gestión de la organización de los centros docentes y de la administración de forma equilibrada y sin sesgos sexistas.


Aprobación del Consejo Escolar y Claustro en la toma de decisiones que afecten al centro, como la participación en pilotajes, programas lingüísticos, etc.